Recuerdo cuando mi hijo el mayor entraba a la pubertad y en el Open House de ese ciclo escolar nos entregaba a los papás el libro de ciencias naturales junto con un papel para firmar o no de autorizada la clase de educación sexual. La maestra nos recomendó en esa junta que habláramos con nuestros hijos sobre sexualidad ya que en las siguientes semanas abordarían el tema en clase. ¿Ahora qué le digo?, pensé.
Qué decir, y cómo decirlo; yo no había recibido mucha información sobre el tema, y reflexionando en ese momento inclusive poco lo hablaba en pareja. Mi hijo es varón, cómo explicar sobre el cuerpo que ni siquiera es como el mío. ¿Tendría que hablar de la eyaculación?, ¿De cómo se hacen los bebés?, ¿Qué palabras usar? Me costaba trabajo llamarle pene al pene, y en su lugar como muchas otras mamás usé apodos, mis hijos tenían “pirrin”, y aunque siempre creí que era una mamá moderna, relajada en ese momento me di cuenta de mis tabús pero sobre todo miedo a no saber explicar correctamente, o a crear una curiosidad que no hubiera. Fue entonces que el interés por la sexualidad creció, entré a estudiar con la intensión de poder acompañar adecuadamente a mis hijos, y estaba convencida de que nosotros los padres somos la mejor fuente de información, así que me prepararía para abordar correctamente el tema de sexualidad.
Como Educadora Sexual y Planificadora familiar he acompañado a muchos papás brindando talleres, cursos y conferencias para ayudarles a resolver la misma pregunta que en varias ocasiones me he hecho,
Saber qué decirles a nuestros hijos cuando aparece una escena en la pantalla con contenido sexual, o explicar sobre la orientación sexual, cómo educar para prevenir embarazos no deseados, para que cuiden su salud sexual y prevengan ITS (Infecciones de transmisión sexual), y saber cómo influir positivamente en la construcción de su sexualidad.
A muchos padres les preocupa el momento histórico que nuestros hijos están viviendo con la influencia de las redes sociales y de personajes que muestran un estilo de vida que está muy alejado de la realidad de ellos; quieren ayudarlos a que la toma de decisiones siempre vaya en función de su bienestar.
El tema de sexualidad genera mucha inquietud tanto a padres como a los hijos.
Prepárate y acompáñate de profesionales que puedan brindar información confiable para enriquecer la sexualidad de tus hijos.
Te dejo unas recomendaciones que te ayuden cuando como yo te preguntes ¿Ahora qué le digo?:
Reflexiona en la manera cómo aprendiste de sexualidad, quién te habló de ello y a qué edad. Con seguridad podrás darte cuenta si te hizo falta y qué te gustaría que tus hijos pudieran tener que no tuviste en cuanto a información se refiere. Si te das cuenta qué hay alguna situación que te cause incomodidad quizás deberás de trabajarla también.
Habla de manera natural, utiliza las palabras y términos adecuados, cuando naturalizamos el concepto del cuerpo y la sexualidad es más sencillo conectar con nuestros hijos.
Mejora la comunicación, que se clara y asertiva, no juzgues y no asumas situaciones. Hablar de tu experiencia y tus vivencias es una gran manera de educar en sexualidad.
Fortalece los vínculos afectivos, crea confianza y piensa siempre que tu objetivo como padre o madre es el bienestar. Ábrete a la posibilidad de que ellos te cuenten o te cuestionen con libertad, vuélvete la fuente de información más confiable para ellos.
Hablar de sexualidad, no es un tema de una sola vez, pon en la mesa el dialogo constante en todos los temas de sexualidad, invita a la conversación, y respeta la opinión de tus hijos.
Te recomiendo la lectura, así como otras herramientas de educación sexual, como mi libro El Diario de Cayetana. ¿Qué está pasando conmigo? Un libro de educación sexual y afectividad.
“Educar en Sexualidad no solo se trata de hablar del cuerpo también de la mente y el corazón”
Me encantará saber tus comentarios, puedes escribirme a hola@lauracuevasexologa.com
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